100 años haciendo ciencia: El legado de la Universidad de Guadalajara
De los murales de Orozco al supercómputo, la UdeG ha sido motor de conocimiento, arte y justicia social durante un siglo.
Introducción: Una universidad que piensa y trabaja
La Universidad de Guadalajara (UdeG), refundada en 1925 con el lema “Piensa y Trabaja”, cumple un siglo como motor de conocimiento, investigación y cultura. En estos 100 años, ha transitado de una institución local a posicionarse como la segunda universidad pública más importante de México y una de las más influyentes de América Latina.
La ciencia en la UdeG no se limita a laboratorios o aulas: también se expresa en murales, en el diseño urbano, en la exploración de la biodiversidad, en la innovación tecnológica y en la medicina con rostro humano.
Antecedentes: Refundación y primeros pasos científicos
La refundación de 1925 marcó un cambio decisivo: de ser una universidad con tradición colonial a convertirse en una institución moderna, con compromiso social y apertura al conocimiento científico. La creación de facultades y la integración de espacios como el Observatorio Astronómico y Meteorológico del Estado dieron forma al primer ecosistema de investigación universitaria.
Aunque las raíces de la Universidad se remontan a 1792 con la creación de la Real Universidad de Guadalajara, la etapa moderna inició el 12 de octubre de 1925, cuando fue refundada con un espíritu profundamente social y reformista. El gobernador José Guadalupe Zuno encabezó este proyecto, acompañado de intelectuales, científicos y educadores visionarios como Irene Robledo, Juan Salvador Agraz y Enrique Díaz de León.
El rector fundador, Enrique Díaz de León, resumió la misión universitaria en palabras que siguen vigentes: “La educación debe abrir de par en par la puerta a toda vocación: una voz que llama a los hombres para que puedan descifrar su enigma”.
La Universidad inició actividades con carreras en Jurisprudencia (Derecho), Medicina, Farmacia, Ingeniería, Odontología y Comercio, todas concebidas con un fuerte sentido de compromiso social. Además, incorporó de inmediato el Observatorio Astronómico y Meteorológico del Estado, creado en 1889, siendo la primera dependencia dedicada a la investigación científica dentro de la nueva institución.
Precursor de la ciencia en Jalisco: Severo Díaz Galindo
El sacerdote y científico Severo Díaz Galindo fue una figura clave en el nacimiento de la ciencia moderna en Jalisco. En 1925 fue nombrado director del Observatorio Astronómico y Meteorológico del Estado, y su prestigio como meteorólogo fue tal que, si lo veían salir con paraguas, la gente asumía que llovería. Su rigor metodológico, su vocación docente y su compromiso con la divulgación del conocimiento marcaron el inicio de la tradición científica universitaria. Participó también en la reorganización académica impulsada por el gobernador José Guadalupe Zuno Hernández, siendo uno de los convocados para sentar las bases de la nueva Universidad.
Durante más de tres décadas, Severo Díaz combinó la investigación con la enseñanza, impartiendo clases de Cosmografía, Física y Astronomía en diversas escuelas y facultades de la UdeG. Fue presidente de la Junta Auxiliar en Jalisco de la Benemérita Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, y dedicó gran parte de su vida a acercar la ciencia al público mediante la elaboración de manuales y textos didácticos. Además de sus estudios sobre el Sol, las lluvias y los sismos, se distinguió por su labor como divulgador: explicaba fenómenos astronómicos como eclipses o alineaciones planetarias para contrarrestar supersticiones y fomentar una comprensión racional del mundo natural. Su legado perdura como símbolo de la vocación científica y humanista que distingue a la Universidad de Guadalajara.
Primer doctorado honoris causa de la Universidad de Guadalajara: Isaac Costero Tudanca
El 22 de enero de 1941, la Universidad de Guadalajara otorgó su primer doctorado honoris causa al médico español Isaac Costero Tudanca, en reconocimiento a su sobresaliente trayectoria como anatomista e histopatólogo, así como a su valiosa contribución al desarrollo de la ciencia médica en México. Exiliado tras la Guerra Civil Española, Costero encontró en la UdeG un espacio para compartir su conocimiento, impartiendo cursos sobre técnicas de autopsias e investigación anatomopatológica que fortalecieron la formación científica de la comunidad médica jalisciense. Su reconocimiento simbolizó la vocación humanista y científica de la Universidad, abierta al intercambio internacional del conocimiento.
Arte, Arquitectura y Diseño: Ciencia del conocimiento sensible
La creación artística y arquitectónica no son solo expresiones culturales, sino también formas de investigación aplicada: estudios de color, materiales, acústica, urbanismo y diseño como ciencia que transforma entornos y percepciones sociales.
Desde sus primeros años, la UdeG unió la creación artística con su vocación social. En 1937, José Clemente Orozco pintó en el Paraninfo los murales El hombre creador y rebelde y El pueblo y sus falsos líderes, símbolos del Museo de las Artes (MUSA). En 1948 nació la Escuela de Arquitectura y, bajo Ignacio Díaz Morales y Mathías Goeritz, se consolidó una modernidad urbana que dio identidad a la arquitectura tapatía. En 1994 se integró el actual CUAAD, que hoy forma arquitectos, artistas y diseñadores que siguen transformando el entorno.
Ciencias Biológicas y Agropecuarias: Biodiversidad y sustentabilidad
Desde la botánica hasta la genética de maíces silvestres, la UdeG ha tenido un papel clave en la conservación de ecosistemas, la producción agrícola sostenible y la defensa de la biodiversidad en México.
En 1947 nació el Instituto de Botánica de la UdeG. Años después, en 1960, la maestra Luz María Villarreal de Puga se unió al cuerpo docente y comenzó a impartir Botánica en la Preparatoria de Jalisco y en la Facultad de Agricultura. También dio clases de Economía, Biología, Botánica y Zoología, y fundó el herbario institucional (IBUG), iniciando la colección científica de la flora regional.
Gracias a su impulso, la UdeG se consolidó como referente en el estudio de plantas en el occidente de México. De esas primeras exploraciones surgió un hallazgo histórico: a finales de los sesenta se descubrieron en las montañas de Jalisco variedades únicas de maíz perenne —Zea perennis y Zea diploperennis—, con gran impacto agrícola y científico. En la sierra de Manantlán. En 1984, la Universidad de Guadalajara obtuvo de las autoridades estatales y más tarde de las federales la primera reserva de la biosfera en el estado de Jalisco, para la protección del bosque de la sierra de Manantlán.
Un legado vivo.
En 100 años, la UdeG pasó de formar peritos agrícolas para atender necesidades básicas, a liderar proyectos de investigación biológica con alcance internacional. Hoy, sus egresados siguen presentes: asesorando campesinos, cuidando la sanidad animal y protegiendo los ecosistemas, siempre con la impronta universitaria de servicio a la comunidad.
Ciencias Económicas y Administrativas: El estudio de la sociedad productiva
La UdeG no solo ha formado economistas y administradores; también ha sido motor de investigación aplicada que responde a los desafíos del desarrollo regional, el empleo, las finanzas y las políticas públicas.
La profesora Catalina Vizcaíno Reyes fue la primera directora de la Escuela de Comercio desde 1916. Años después, fue invitada a integrarse en la comisión para reabrir la Universidad de Guadalajara, donde el rector Enrique Díaz de León la nombró directora de la nueva Facultad de Comercio, convirtiéndose así en la primera mujer en México en dirigir una facultad universitaria.
Durante su gestión, modernizó la enseñanza comercial al darle mayor énfasis a la práctica contable y a las técnicas de oficina. Junto a ella destacaron docentes pioneros como Luis Alfaro (Economía y Derecho Mercantil) y María A. de Hernández (Taquigrafía y Cálculo Comercial), quienes contribuyeron a consolidar las bases de la formación económico-administrativa en la Universidad de Guadalajara.
Ciencias Exactas e Ingenierías: Innovación y tecnología
La ingeniería y las ciencias exactas representan la capacidad de aplicar el conocimiento al desarrollo tecnológico. De las hazañas del ingeniero Jorge Matute Remus al mover un edificio con personas trabajando en su interior, hasta la era del supercómputo, la UdeG ha sido un referente de innovación práctica con impacto social.
En 1940 se fundó la Escuela de Ciencias Químicas y Farmacéuticas —antecesora del actual CUCEI—, que incluyó laboratorios dedicados a la investigación química básica.
Los antecedentes del CUCEI se remontan a mediados del siglo XX, cuando la Universidad de Guadalajara comenzó a formar ingenieros y científicos que aportaron soluciones concretas a los retos urbanos e industriales de la época. Un ejemplo emblemático fue el del ingeniero Jorge Matute Remus, quien en 1950 realizó la célebre hazaña de mover el edificio de Teléfonos de México doce metros sin interrumpir su funcionamiento, símbolo del ingenio, la audacia y la capacidad técnica de los universitarios tapatíos. Ese espíritu innovador marcaría el camino hacia una formación basada en la aplicación práctica del conocimiento científico.
El Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) fue creado en 1994 como parte de la conformación de la Red Universitaria de Jalisco, integrando las antiguas facultades de Ciencias, Ciencias Químicas, Informática y Computación e Ingenierías, así como los Institutos de Madera, Celulosa y Papel, de Astronomía y Meteorología (IAM), y la Dirección de Vinculación y Transferencia de Tecnología. Su creación representó un paso decisivo para consolidar en un solo espacio la formación, la investigación y la aplicación del conocimiento científico y tecnológico, respondiendo a las necesidades de innovación del estado y del país.
Ciencias de la Salud: Medicina con rostro humano
El área de la salud es quizá donde más se refleja la relación entre ciencia y sociedad. La UdeG ha formado generaciones de médicos, odontólogos, enfermeras y psicólogos, además de sostener hospitales escuela y producir investigación biomédica de alto nivel.
En 1925 reabrió la Facultad de Medicina, dando inicio a una nueva etapa para las ciencias de la salud en la Universidad de Guadalajara. Poco después, en 1930, Juana Navarro se convirtió en la primera médica pediatra en Jalisco, y en 1931 Jacinta de la Luz Curiel destacó en la investigación oncológica al fundar el primer centro de detección de cáncer en Guadalajara.
La consolidación continuó en 1937 con la creación de la Facultad de Odontología y, paralelamente, con el fortalecimiento de la red de Hospitales Civiles, que se convirtió en el principal espacio de formación clínica y de atención a la población. Hoy, todo ese legado se refleja en el Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS).
Actualmente, el CUCS concentra las principales carreras de ciencias de la salud y articula esa tradición con una sólida producción académica y clínica. Además, la Universidad cuenta con la Red de Hospitales Civiles en Jalisco, que operan bajo el modelo de hospital escuela: el mejor modelo de trabajo y de vinculación entre la teoría y la práctica. Esta red tiene un papel esencial en la formación de médicos, enfermeras y otros profesionales de la salud, al mismo tiempo que desarrolla investigación biomédica aplicada.
Ciencias Sociales y Humanidades: Pensar la sociedad
El pensamiento crítico y humanista ha marcado la historia de la Universidad de Guadalajara como una brújula que orienta su quehacer científico. Desde las aulas y centros de investigación, las ciencias sociales y las humanidades han iluminado los grandes temas de nuestra época: la desigualdad, la política, la historia y la cultura.
Irene Robledo García fue una de las mujeres pioneras en la Universidad de Guadalajara: formó parte de la comisión que refundó la institución en 1925, impulsando desde entonces una visión humanista y social de la educación. En 1953 fundó la Escuela de Trabajo Social y fue su primera directora, lo que consolidó un espacio formal para la formación en ciencias sociales.
Además, promovió la inclusión de las mujeres en carreras universitarias y defendió que la UdeG tuviera un compromiso con la justicia y el bienestar social, convirtiéndose en un pilar en el desarrollo de estas disciplinas.
La transformación de los 90: La Red Universitaria
Con la creación de la Red Universitaria en 1994, la UdeG descentralizó el conocimiento y llevó la ciencia a todo Jalisco, creando seis centros temáticos y múltiples centros regionales. Esto permitió duplicar la matrícula, descentralizar la educación y llevar presencia universitaria a 110 municipios de Jalisco.
La creación de la Red Universitaria no solo descentralizó la educación, también transformó la forma de hacer investigación en la UdeG. Con los nuevos centros temáticos y regionales, la ciencia dejó de concentrarse en Guadalajara y comenzó a responder a los problemas de cada región: biodiversidad en la Costa, salud en los Altos, sustentabilidad en la Ciénega o desarrollo económico en el Sur.
Además, se consolidó la figura del profesor-investigador, fortaleciendo cuerpos académicos y laboratorios en todo el estado. Esta reorganización permitió que los proyectos científicos se vincularan directamente con la sociedad y que la Universidad de Guadalajara se consolidara como uno de los principales motores de producción de conocimiento en México.
A 100 años de la refundación: la Universidad que sigue haciendo historia
La Universidad de Guadalajara no solo ha sido semillero de investigación y pensamiento, sino también un puente entre la ciencia y la sociedad. A lo largo de su historia ha consolidado mecanismos de comunicación y divulgación del conocimiento, entre los que destacan la Feria Internacional del Libro en Guadalajara (FIL), la Feria Internacional de la Música (FIM), el festival infantil y juvenil Papirolas y el programa de fomento a la lectura Léala.
A lo largo de un siglo, la Universidad de Guadalajara ha demostrado que la ciencia no solo se escribe en libros ni se mide en laboratorios: se pinta en murales, se siembra en los campos, se cuida en hospitales, se diseña en ciudades y se debate en aulas abiertas al mundo. Ha formado generaciones de investigadores y profesionales que, desde la medicina hasta la ingeniería, desde las humanidades hasta las ciencias biológicas, buscan mejorar la vida de las personas y aportar soluciones a los grandes retos de la sociedad.
Hoy, con más de 300 mil estudiantes, presencia en todo Jalisco y una sólida proyección internacional, la UdeG reafirma su vocación como motor de conocimiento, justicia social y transformación cultural. De cara al futuro, su mayor desafío no será únicamente producir ciencia, sino mantenerla al servicio de la comunidad. Porque en estos 100 años, la lección más grande que ha dejado la Universidad de Guadalajara es que el conocimiento, cuando se comparte y se convierte en acción, se transforma en legado.
Atentamente
“Piensa y Trabaja”
“1925-2025. Un Siglo de Pensar y Trabajar”
Guadalajara, Jalisco, 12 de octubre de 2025
Unidad de Comunicación y Difusión de la Ciencia | Ciencia UDG
Vicerrectoría Adjunta Académica y de Investigación
Este artículo fue elaborado a partir de la consulta de diversas fuentes institucionales, históricas y académicas que documentan la trayectoria de la Universidad de Guadalajara.