Pancho Villa: ¿héroe o villano?
Marco Antonio Acosta Ruiz, Universidad de Guadalajara
Desde su muerte hace ahora cien años, la figura del revolucionario mexicano Pancho Villa ha sido idealizada y demonizada tras un escrutinio de sus actos y sus consecuencias.
Pero ¿quién fue realmente Doroteo Arango?
Nos remontamos a más de 150 años atrás. En el último cuarto del siglo XIX en México ascendió al poder el dictador Porfirio Díaz, quien estableció unas reformas políticas y económicas perjudiciales para gran parte de los ciudadanos. Fueron poco más de treinta años de inversiones extranjeras que incursionaron a lo largo y ancho del territorio para explotar los recursos minerales y naturales del país.
Su bandera política y económica fue la idea de “progreso”. Además, hizo todo tipo de concesiones a terratenientes y, por ende, provocó carencias y maltrato a gran parte de la población mexicana, tanto en lo rural como en las grandes ciudades.
Origen del Centauro de Norte
Doroteo Arango Arámbula nació el 5 de junio de 1878 en la población de Coyotada, municipio de San Juan del Río Durango, al noroeste de México. Su llegada al mundo coincidió prácticamente con el también naciente gobierno porfirista (que se inició en 1876).
Debido al maltrato que recibió desde su infancia por parte de los hacendados –algo propio del comportamiento de esas familias acaudaladas–, creció con odio. Se sabe que entre los 16 y 23 años tuvo una vida errante y que conoció la cárcel.
Para apaciguar su conducta, que no era tan correcta para los tiempos porfirianos, entró algunos meses en el ejército y desertó. Fue perseguido por las autoridades de su terruño y se vio en la necesidad de cambiar su nombre por el de Francisco Villa. En la época anterior a la revolución realizó varios oficios como los de bandido, gallero, albañil y criador de caballos. Gracias a su personalidad carismática tuvo muchas amistades y compadrazgos.
El 20 de noviembre de 1910 se inició la Revolución mexicana. El entonces gobernador de Chihuahua, Abraham González, invitó a Villa a participar y lo nombró capitán.
La Revolución de norte a sur
El que inició el movimiento político y armado en el norte del país fue Francisco I. Madero.
Nacido en Parras de la Fuente, Coahuila, era hijo de una acaudalada familia de agricultores. Estudió en Estados Unidos y Francia, donde se inclinó mucho por la filosofía y el espiritismo. Durante su carrera política luchó por el voto y la libertad.
El 5 de octubre de 1910 llamó a derrocar al dictador Porfirio Díaz y al día siguiente propagó el conocido como Plan de San Luis, en el que manifestó el rechazó a la reelección y la voluntad de establecer un sistema económico más justo.
La lucha tenía como objetivo alcanzar una democracia genuina, libertad e igualdad, así como mayores derechos sociales y una reforma agraria a favor de los campesinos para desterrar los latifundios de terratenientes nacionales y extranjeros. Como adelantamos, el 20 de noviembre el pueblo, convocado por Madero, se levantó en armas.
Mientras tanto, por el lado sur del país se alzó el caudillo Emiliano Zapata. Al igual que el resto de la población mexicana de escasos recursos y de filiación indígena, había padecido maltratos y abusos. Y ya desde años atrás luchaba por la repartición justa de las tierras contra los hacendados azucareros.
En 1911 Zapata declaró el Plan de Ayala. Este consistía en restituir a los pueblos originales las tierras que les habían sido arrebatadas por hacendados, terratenientes y caciques en el Estado de Morelos.
Tras el derrocamiento del dictador y el ascenso al poder de Madero, el Plan de San Luis no se había llevado a la práctica –especialmente la parte de devolverle la tierra a quien la trabajaba–. Por ello, Zapata rechazó la autoridad al grito de “justicia, democracia y libertad”.
El héroe Pancho Villa
Mientras esto sucedía en el sur, en el norte, inicialmente a las órdenes de Madero, el tercer personaje en discordia, el gran líder revolucionario mexicano y uno de los grandes protagonistas de esa época, había también tomado las armas: Francisco “Pancho” Villa.
Villa trabajaba a favor de las principales ideas del movimiento: impulsar la educación, lograr el trato justo a los obreros, repartir equitativamente el agua, abolir la oligarquía, apoyar económicamente a huérfanos y madres solteras, expropiar los bienes de hacendados y oligarcas y hacer cumplir el Plan de San Luis.
Lideró un ejército conocido como la “División del Norte” que rápidamente se convirtió en una fuerza formidable que superaba los 15 000 efectivos, a menudo de gente popular. Las tropas se destacaron por su ferocidad y eficacia en el combate y Villa fue conocido por su carácter impulsivo y su estrategia militar audaz.
Fue popular más allá de sus fronteras. Incluso hasta el punto de que la productora de cine Mutual Film Corporation de D. W. Griffith firmó un contrato con él en 1914 para seguirle en su día a día. La película se estrenó bajo el título de The Life of General Villa.
Pancho Villa fue un líder carismático que ganó el apoyo de las clases populares y de los campesinos. En México es considerado como un defensor de los derechos de los pobres y fue conocido por su estilo de vida sencillo y su disposición a compartir la riqueza que obtenía de sus conquistas militares.
Pancho Villa en la Historia
Villa fue asesinado el 20 de julio de 1923 en Hidalgo del Parral, Chihuahua, por un grupo de 15 hombres que lo esperaban ocultos para emboscarlo y acribillarlo con una ráfaga de balazos mientras pasaba en su automóvil.
Aunque su papel en la Revolución lo convirtió en una figura emblemática de la historia de México, su imagen es muy debatida entre los estudiosos de su vida.
La biografía de Villa ha sido muy estudiada y la interpretación como héroe o villano varía según las perspectivas de quienes lo analizan. Para unos fue un defensor de los derechos de los campesinos y obreros, así como un luchador por la justicia social y la redistribución de la tierra. Otros estudian su participación en actos de violencia y crímenes de guerra, como saqueos, asesinatos (por ejemplo, la masacre en San Pedro de la Cueva, en donde Villa y su ejército asesinaron a más de 80 personas) y violaciones.
Aunque no cabe la menor duda de que Pancho Villa es un personaje que vive en el imaginario como una versión del “Robin Hood mexicano”, la historiografía trabaja para investigar qué es cierto y qué es mito alrededor de su figura.
Marco Antonio Acosta Ruiz, Profesor-Investigador Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad de Guadalajara
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.